La conversación entre personas sigue siendo uno de los medios más eficaces —aunque muy subestimado— que los seres humanos tienen para desarrollar y enriquecer su intelecto, su moral y formar parte de una sociedad mejor. En los últimos años nuestra sociedad ha desarrollado una creciente tendencia a la indignación, especialmente entre los más jóvenes, y esto está causando una progresiva dificultad en la confrontación constructiva sobre ciertos temas —entre los cuales la raza, la religión, las cuestiones de género, las injusticias sociales, el desarrollo de la inteligencia artificial o la modificación genética.
En este caso, el dicho popular “no importa lo que hagas siempre habrá alguien que no esté de acuerdo”, es una representación perfecta de la situación actual ya que muchas personas prefieren simplemente no hablar de ciertos temas. Pero esta actitud es doblemente dañina: por un lado, tienden a absorber lo que oyen a su alrededor sin mantener un espíritu crítico —que a menudo son exteriorizaciones rebeldes llenas de agresividad— y por el otro, se atribuyen erróneamente el derecho de no involucrarse en la confrontación con otras personas sobre temas importantes para el desarrollo de los seres humanos. La realidad en la que vivimos no está dividida en sectores, como sí sucede a menudo en el ámbito académico. Para entenderla completamente e intentar encontrar una solución a los problemas que como individuos tenemos que afrontar, debemos utilizar competencias provenientes de diferentes disciplinas. La gestión de la pandemia del Covid-19 es un ejemplo de cómo la política, la ciencia, la filosofía, la religión y la economía han tenido que confrontarse y trabajar juntas para encontrar una solución en común.
Según Daniel Kahneman, incluso las habladurías pueden ser útiles para enseñar a las personas a observar de una manera más crítica la realidad en la que vivimos. Pero lo más importante es mejorar la calidad de este parloteo, evitando los chismes negativos, y focalizándonos en argumentos más útiles e inteligentes. De esta manera muchas de las críticas que a menudo se hacen a las redes sociales, donde al momento abundan las conversaciones de dudosa calidad, desaparecerían.