El tiempo es uno de los grandes recursos que todos tenemos a disposición, pero si no aprendemos a gestionarlo correctamente, nos arriesgamos a desperdiciarlo en actividades poco remunerativas y sin gratificación. Para tener éxito en la vida, ya sea en el trabajo que en las relaciones personales, es importante aprender a controlar nuestro tiempo.
Las personas exitosas tienen a su disposición 24 horas al día, igual que todos los demás. Entonces ¿qué es lo que las hace diferentes del resto? El uso que hacen de su tiempo.
La habilidad más importante, la que marca la diferencia, es la capacidad de pensar. Thomas Edison decía que pensar es el trabajo más pesado que existe, por ello mucha gente preferiría morir antes que pensar. La manera de pensar en el tiempo y las diferentes posibilidades de utilizarlo determina la eficacia y la calidad de cada ámbito de nuestra vida.
El éxito a corto plazo se determina por la manera en que reaccionamos ante las dificultades y los cambios que se presentan en la vida, aunque sean inevitables. A menudo las personas se limitan a reaccionar casi automáticamente, sin detenerse a pensar en qué sería mejor hacer. Por lo tanto, lo que hacen con su tiempo se escapa de su control, las hace improductivas y por consiguiente, insatisfechas.
El autor propone dividir el tiempo en diez categorías para aprender a maximizar las actividades llevadas a cabo en cada una de estas áreas: tiempo para la planificación estratégica y la definición de los objetivos, tiempo para la productividad, tiempo para la mejora de los ingresos, tiempo libre, tiempo para el trabajo, tiempo para la creatividad, tiempo para la resolución de problemas, tiempo para las relaciones personales y la familia, tiempo para el descanso y la recuperación y, finalmente, tiempo para la tranquilidad.