Muchos emprendedores que fundan una startup sueñan con escalar, es decir, llevar a su empresa a un nivel cada vez más alto. Escalar no es solo una ciencia, sino que, ante todo, es un modelo mental que requiere que estemos dispuestos a aprender del éxito y el fracaso en igual medida.
Cuando empezamos, los fracasos llegan en forma de muchos "no" que recibimos de los inversores cuando presentamos nuestra idea. El “no” puede ser una herramienta muy útil para convertir una buena idea en una excelente idea y definir estrategias y objetivos. Sin embargo, para que esto suceda, es importante saber diferenciar los distintos tipos de "no" que recibimos y tomar lo bueno que estos nos puedan aportar.
Por ejemplo, el “no perezoso” no sirve de nada porque proviene de personas que no tienen suficientes ganas o interés en profundizar en nuestra idea. Un ejemplo de un "no perezoso" es el que recibió muchas veces Tristan Walker, fundador y director ejecutivo de Walker & Company, una empresa de productos de belleza diseñados específicamente para hombres y mujeres de color. En este caso, el "no" venía de inversionistas blancos que no llegaban a comprender del todo la importancia de una idea que sería útil para un mercado completamente diferente. Tan pronto como entendamos que solo obtendremos esa reacción del interlocutor, alejémonos rápidamente de esos "no", porque no aportarán ningún valor a nuestra idea.
En cambio, lo que los autores llaman un "no contradictorio" es muy útil. Está dirigido a ideas de negocio que provocan un sí y un no al mismo tiempo, porque son ideas que rompen el statu quo y tienen el potencial de ser grandiosas o desastrosas al mismo tiempo. De hecho, muchas veces las mejores ideas son aquellas que van profundamente en contra del sentido común y hasta parecen ridículas. Así fue como se planteó la idea de Airbnb en un principio, por ejemplo. Si tienes una idea que pone a la normalidad en tela de juicio porque imagina formas diferentes de hacer las cosas, preparémonos para recibir muchos "no". Pero no la abandonemos tan rápido.
El "no afirmativo" es útil porque es una confirmación de que estamos en un camino diferente e importante. Cuando Kara Goldin creó Hint Water, una línea de aguas saborizadas sin azúcar, recibió muchos "no" con la excusa de que a los estadounidenses les encanta el azúcar. Estos “no” la ayudaron a entender que otras empresas nunca abandonarían las bebidas azucaradas, lo que le daría la posibilidad de seguir su camino. No debemos creer en estos "no", pero es útil escucharlos atentamente porque podrían esconder excelentes consejos.
El "no honesto" es lo que nos permite entender la diferencia entre la intuición correcta y una idea equivocada. Cuando con estos "no" nos damos cuenta de que nuestra idea realmente no tiene mucho potencial, no debemos tener miedo de abandonarla rápidamente. Confiemos nuevamente en nuestro instinto, que nos dará mejores ideas. En este sentido, es mejor no apegarse demasiado a nuestras ideas, al menos al principio.
Finalmente, está el "no inútil", que es el de amigos y familiares. Este "no" proviene de personas cuyas opiniones tienen un impacto emocional en nosotros, y puede que nos lo digan en un intento por protegernos del fracaso. Si somos sensibles a estos "no", no contemos la idea a estas personas, al menos al principio, cuando es aún muy vulnerable.