Hay infinidad de tomos, libros y manuales sobre escritura. Algunos son textos fundamentales porque ofrecen consejos invaluables, pero la gran mayoría están conformados por páginas inútiles que les explican a los aspirantes a escritores las reglas gramaticales que debieron haber aprendido en la escuela y prometen trucos del oficio que no existen. La realidad es que, para ser un buen escritor, hay que escribir y leer mucho. No hay atajos, trucos, ni reglas gramaticales que se puedan plasmar en el papel como si fueran fórmulas mágicas que automáticamente darán vida al próximo bestseller. Además, según el autor, se necesita un mínimo de talento básico, ese toque extra que puede hacernos diferenciarnos de otros escritores incompetentes y tener la oportunidad de dar un salto de calidad, con el tiempo y con mucho trabajo.
El autor dirige su libro precisamente a este sector. Dicho de otra forma, no es un manual de reglas básicas, sino una breve recopilación de consejos realmente útiles que pueden marcar la diferencia en la carrera de un autor, el cual, teniendo las claves adecuadas, podrá escribir material valioso. King cree que este libro es necesario, porque no pretende enseñar el oficio de la escritura, sino hablar del mismo. Y mientras todos los autores que deciden escribir un texto sobre la escritura hablan de las reglas gramaticales y de estilo, rara vez alguien quiere hablar de la profesión en sí, que al igual que cualquier oficio, requiere de tiempo y dedicación, tanto para aprender como para poner en práctica el trabajo real. Los trucos no son tan importantes como las herramientas y la experiencia, lo cual incluye escribir mucho, ganar confianza con el oficio, crear una caja de herramientas que nos ayude a implementar nuestras habilidades creativas de la mejor manera y realizar cualquier tipo de trabajo, y finalmente saber cómo poner en práctica las estrategias de perfeccionamiento que hacen que el producto final sea perfecto. Ser un escritor que escribe una novela o un relato no es muy diferente de ser un carpintero que arregla una puerta. Necesitamos saber cómo hacer el trabajo y tener las herramientas adecuadas a mano, independientemente del desafío al que nos enfrentemos. Y si luego queremos ser realmente buenos, podemos decidir terminar el trabajo con un toque maestro para que quede perfecto, tanto para nosotros como para los demás.