¿Hay una conexión entre el trabajo de la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos) y el explorador portugués Fernando de Magallanes? A primera vista, podría decirse que no, pero no opinan lo mismo los científicos e ingenieros aeroespaciales que el autor contactó para escribir su libro sobre la misión a Marte, quienes a menudo hacían referencia a Magallanes durante las operaciones. Para ellos, la relación entre los viajes espaciales y la travesía por mar del famoso navegante es la de una exploración inteligente, ya que en ambos casos (en el espacio y en la tierra) se logra un propósito definido y estratégico utilizando las mejores herramientas y mapas disponibles en el momento. En definitiva, la relación entre la circunnavegación del globo y los viajes espaciales es el hecho de lanzarse a lo desconocido luego de una preparación muy exhaustiva con los medios disponibles. Y aunque estos medios hayan sido estudiados e investigados, no están completamente preparados para el destino ya que este es desconocido, y como tal, está sujeto a imprevistos.
Esta conexión intrigó al autor, quien como historiador comenzó a plantearse interrogantes sobre la figura de Magallanes. Más allá de lo que se puede leer en los libros, la figura del navegante es oscura, poco conocida y confusa muchas veces, también debido a que se perdieron muchos de los documentos relacionados con su hazaña. Como consecuencia, ha quedado muy poco de Magallanes como una persona que realmente vivió, con personalidad, emociones y tridimensionalidad. Sin embargo, durante la investigación el autor encontró un documento invaluable que se convirtió en la clave para la historia de la expedición de Magallanes, pero también para comprender la compleja personalidad del propio navegante. Se trata de las crónicas del viaje fielmente registradas por el erudito veneciano Antonio Pigafetta, quien viajó en el barco principal de la expedición de Magallanes, precisamente para escribir sobre la travesía de forma científica y literaria. Durante gran parte de la expedición se desempeñó como asistente del navegante, y también ofreció una mirada íntima a su carácter y sus métodos, además de una crónica animada de los eventos.
El trabajo de reconstrucción del autor, también desde el lado humano, de una de las expediciones más complejas, arduas, pero también más fantásticas que haya conocido la humanidad, se basa precisamente en el documento Pigafetta, que está integrado con las bitácoras de navegación y con la información geográfica, histórica y cultural que hoy conocemos.