¿Qué tienen en común George S. Parker, William Wrigley y F.W. Woolworth? Los tres conocían el secreto del éxito. El primero era un profesor que, cansado de arreglar los bolígrafos de sus alumnos, inventó una nueva estilográfica y fundó la empresa Parker. El segundo era un vendedor que, al darse cuenta de que sus clientes estaban más interesados en las gomas de mascar que regalaba que en sus productos, creó su empresa de chicles. El tercero trabajaba en un gran almacén: intuyó el poder de la venta a precio fijo y creó la cadena de grandes almacenes “Woolworth 5 y 10 Céntimos”.
Parker, Wrigley y Woolworth son solo algunas de las personalidades que, con sus relatos, contribuyeron a definir "el secreto de Andrew Carnegie" (así llamado por el nombre del fundador multimillonario de la más grande industria de acero norteamericana): el éxito y todas las riquezas que este genera tienen su principio en una idea específica: alcanzar el éxito es posible. Según Carnegie, "el éxito premia a quienes son conscientes de él y el fracaso castiga a quienes se dejan atemorizar por el miedo a la derrota". Es importante aprender el arte de cambiar nuestra actitud mental con el fin de pasar del miedo al fracaso, a la conciencia del éxito.
Un ejemplo lo ofrece Henry Ford. Cuando decidió producir el famoso motor V-8, Ford se enfrentó duramente a sus ingenieros, quienes creían que era imposible fundir un motor de ocho cilindros en un bloque único. El industrial les ordenó que lo hicieran, que siguieran adelante hasta lograr el objetivo. Tardaron meses, pero todos sabemos cómo acabó. Henry Ford era un hombre de éxito porque también era un experto y aplicaba los siguientes principios: saber qué es lo que se quiere alcanzar, confiar en nuestra capacidad de realizar algo, perseverar en la consecución del objetivo.
Una de las causas más comunes del fracaso es abandonar el juego al sufrir una derrota. Según los relatos de algunas de las personas más destacadas y famosas del país, es evidente que, a menudo, el éxito se alcanza justo dando un paso un poco más allá del punto en el que todo parece estar perdido. Muchos grandes emprendedores podrían haberse detenido sin saber que la victoria estaba realmente al alcance.