El denominador común de las personas exitosas es su capacidad para realizar cosas que a los demás no les gusta hacer. Independientemente del hecho de que tengan ganas o no, las personas exitosas hacen lo que tienen que hacer para obtener los resultados que desean, y visto que hacen constantemente lo que los demás no hacen, obtienen resultados que los demás no obtienen.
El éxito siempre requiere ignorar lo fácil a favor de lo difícil: para lograr lo que quieras obtener deberás tener la capacidad de actuar con disciplina, sin ceder a las distracciones de la vida más simple.
La buena noticia es que siempre hay un gran margen de mejora. Empieza a considerar que la incomodidad no es un obstáculo sino una oportunidad de crecimiento. Deja que la incomodidad se convierta en una motivación para actuar y enfrentarte a la resistencia con la cabeza bien alta. Si lo haces, descubrirás que cada vez será un poco más fácil y en breve desarrollarás una fuerte autodisciplina que es fundamental no solo para alcanzar el éxito, sino también para tener una vida feliz y satisfactoria.
Existen cuatro hábitos fundamentales que todos necesitan para sentirse bien y dar lo mejor de sí mismos: sueño, nutrición, movimiento y consciencia. Si quieres llevar una vida sana y productiva debes dominarlos y prestarles atención. Solo así podrás vivir cada día con tranquilidad, concentración y energía. Si te olvidas de ellos estarás en una estado constante de estrés, confusión y cansancio.
Para empezar, comienza a trabajar solo en uno de estos aspectos. Pregúntate cuál de estos hábitos podría ser tu "hábito clave", el que tenga la potencialidad de crear efectos positivos en cadena en tu vida. Cuando hayas identificado, implementado y consolidado tu hábito clave, todo el resto será mucho más sencillo.