Los poderosos intentan defender sus intereses cuando estos corren peligro debido a un cambio en la tecnología. Este fue el caso, por ejemplo, de la Radio Corporation of America (RCA) respecto al sistema de transmisión a frecuencia modulada (FM) inventado en 1935 por Edwin Howard Armstrong. De hecho, esta invención amenazaba el sistema de transmisión a amplitud modulada (AM) sobre el que RCA fundó su imperio. Después de años tratando de ocultarla con la esperanza de que la nueva invención no fuera tan exitosa y batallas legales para apropiarse de los derechos sin tener que pagar ningún cánon a su inventor, RCA se apropió del nuevo sistema gracias al apoyo del gobierno de ese entonces, haciendo que Armstrong terminara en bancarrota.
Internet no tiene una fecha exacta de nacimiento ni un inventor específico, pero ha revolucionado nuestra sociedad igual o más que la invención de la radio FM. Actualmente, la mayoría de las personas están conectadas a internet, una situación que ha generado cambios radicales en nuestra vidas. Algunos de estos cambios son técnicos y se limitan al uso de la tecnología. Por ejemplo, gracias a internet las comunicaciones se han vuelto más rápidas y los costes para la recopilación de datos son menores. Pero también existe un cambio que puede interferir con otros aspectos de nuestra vida. Es un cambio sutil, a veces incluso imperceptible, que modifica la manera en que se forma y se desarrolla una cultura determinada.
Históricamente, siempre ha habido una diferencia clara entre cultura comercial y no comercial. La primera consiste en esa parte de cultura que se produce y se vende, o bien que se produce para venderse. Un ejemplo de ello es la creación y la venta de una novela, una poesía o un ensayo. Todo el resto se considera cultura no comercial. Por ejemplo, un cuentacuentos que explica las hazañas de las antiguas victorias en la esquina de una calle no pertenece a lo que se define como cultura comercial. La ley nunca se preocupó por reglamentar la cultura no comercial, hasta hoy, ya que internet eliminó la línea divisoria entre las dos culturas.