Uno de los problemas más comunes de nuestros tiempos, al menos en el mundo occidenal, es el del llamado work/life balance, es decir el equilibrio ideal entre la vida laboral y la privada.
Cada vez más personas se sienten oprimidas y bajo presión por la cantidad de tareas y obligaciones, y el nivel de estrés cada vez es más alto. Además, a menudo este estado no corresponde ni siquiera con un aumento de la productividad. Esto porque estamos tan abrumados por los acontecimientos que nos es difícil poner orden en nuestra vida y acabamos haciendo las cosas de manera desordenada, sin un mapa o una brújula que nos guíe.
Nos han dicho que la solución reside en la gestión del tiempo, pero esto no es del todo cierto. Gestionar de la mejor manera nuestro tiempo es importante, pero es una práctica que no podemos dominar sin antes no llevar a cabo algunos pasos.
Si no tenemos idea de hacia dónde estamos yendo, ¿cómo podemos gestionar el tiempo necesario para llegar y saber qué camino seguir? Si no tenemos nuestras prioridades bien claras, es decir lo que nos motiva y lo que deseamos, ¿cómo podemos programar nuestras jornadas con eficacia?
Fundamentalmente, existen dos causas por las cuales estamos siempre en retraso en la hoja de ruta: no prever suficiente tiempo para algunas actividades y decir siempre que sí. Si esta es la situación actual de nuestras semanas, entonces nos encontramos en lo que la autora define como una vida “vertiginosa”, entendiendo este adjetivo como “frenética, febril, enloquecida”. No quiere decir que esto corresponda necesariamente al hecho de estar siempre al límite. Imaginemos que logramos hacerlo todo tranquilamente, pero que a las once de la noche aún estamos delante de la computadora respondiendo correos electrónicos. Es evidente que algo no cuadra y que debemos tomar medidas para arreglar la situación.
Cambiar nunca es fácil, requiere esfuerzo y dedicación, pero al final es la única manera para encontrar paz, resultados y serenidad. Muchas personas prefieren continuar viviendo en medio del caos de sus vidas en lugar de tomarse la responsabilidad de superar las dificultades que el cambio nos pone delante.
Pero, ¿cómo es posible que, a pesar de todas las comodidades de hoy en día, estemos viviendo vidas tan estresadas? Si pensamos en la vida de nuestros abuelos, no tenían a disposición todos los artilugios actuales, por ejemplo tenían que lavar a mano la ropa ya que no tenían lavadora, sin embargo tenían todo el tiempo para estar con sus familias y amigos.
La verdad es que, a pesar de que la tecnología nos haya simplificado la vida, también ha añadido una cierta dosis de complejidad. Hoy, la clave para gestionar mejor nuestra existencia es tener el control de nuestra vida. Ria Story, con Prime Time, nos propone su receta para alcanzar este objetivo, a través de un recorrido formado por una serie de pasos y ejercicios estrechamente relacionados entre sí.
Pero primero es necesario entender el concepto del Prime Time.