Este libro es un ensayo sobre el budismo. O más bien, es el resultado de la interpretación del autor de la filosofía budista. Es cierto que existen muchos textos que hablan del budismo, pero también es cierto que el budismo no es una religión, no impone dictámenes específicos a seguir y mucho menos se basa en la idea de un dios. El budismo es simplemente una filosofía de vida que cualquiera puede seguir para vivir bien. A lo largo de los siglos y milenios, esta filosofía se ha transmitido de forma distinta desde Asia y luego también en otras partes del mundo, dando lugar a corrientes que, partiendo de una base común, han desarrollado características distintas entre sí. Y así también el autor, después de muchas investigaciones y experiencias con monjes budistas, ha desarrollado la suya propia, adoptando algunas cosas y descartando otras.
El budismo proporciona una serie de indicaciones a seguir para vivir bien, pero sin imponer ninguna obligación como las religiones clásicas. Siddharta Gautama, quien es reconocido como Buda, era un hombre común. Creció en el palacio de su padre y experimentó una vida llena de lujos y comodidades, pero al final descubrió que era profundamente infeliz. Intentó buscar la felicidad a través de una vida de renuncias y pobreza, alejándose de las cosas materiales y de todo deseo, pero incluso así, la vida se le reveló dura, difícil y llena de sufrimiento.
En ese momento, comprendió que la única forma de estar realmente bien era seguir siempre el llamado "Camino del medio". El concepto del "Camino del medio" es uno de los pilares principales que sostiene toda la filosofía budista y es importante tenerlo en cuenta, ya que surgirá con frecuencia a lo largo de este análisis: la felicidad es un estado emocional pasajero, mientras que la serenidad puede ser permanente, y la única forma de alcanzarla es alejándose de los extremos de la vida y eligiendo siempre el camino intermedio. Por ejemplo, ser pobre causa sufrimiento, y es justo tratar de ganar un poco más de dinero para cuidar de uno mismo y de la familia, pero desear demasiado también nos llevará a sufrir, porque nunca estaremos satisfechos o porque nos obligará a trabajar a un ritmo inhumano.
Otros dos conceptos fundamentales que debemos aclarar antes de entrar en lo práctico y ver qué consejos nos brinda el budismo para vivir bien son el Samsara y el Nirvana. El Samsara corresponde a la condición de vida en la que nacemos, es decir, una vida en la que se produce un continuo ciclo de sufrimiento y felicidad, amplificado hasta el extremo. Momentos de felicidad abrumadora debido a eventos externos, seguidos de momentos de gran sufrimiento cuando las cosas no van bien externamente.
La tarea de cada uno de nosotros debería ser romper el ciclo del Samsara y alcanzar el Nirvana, que es un estado de iluminación en el que nos sentimos siempre serenos, porque hemos alcanzado una serenidad que proviene desde dentro y no depende de un factor externo. Esto es importante porque la felicidad es una emoción superficial, mientras que la serenidad es algo mucho más profundo. Además, no podemos controlar nada de lo que existe y sucede fuera de nosotros, solo podemos controlarnos a nosotros mismos. Por lo tanto, para romper el ciclo del Samsara y vivir bien, necesariamente debemos dirigir nuestra atención hacia nuestro interior.