Si hay un aspecto muy evidente de la historia de Joe Biden es la fuerte relación con su gran familia, conformada por hermanos, hermanas, esposas, hijos y nietos que siempre están ahí para ayudarse mutuamente.
Para cada uno de sus miembros, la familia es un lugar seguro, un punto de referencia único e importante. No es casualidad que desde las primeras campañas que llevaron al joven Biden a la política, su hermano y su hermana se encargaran de las relaciones públicas y de organizar sus actos, mientras que su primera esposa lo apoyaba.
Biden ha recorrido un largo camino. Cuando era muy joven, tenía un problema de tartamudez que le impedía hablar en público, pero inmediatamente se dio cuenta de que, si quería hacer política, tenía que superar esta limitación, por lo que se empeñó en aprovechar cada oportunidad que tuvo para hablar en público. Para practicar, previamente estudiaba sus discursos y expresiones frente al espejo y construía sus frases basándose en el ritmo adecuado para enlazar dos palabras y evitar las pausas.
Gracias a la práctica constante, tuvo la ventaja de conocer a mucha gente y ser apreciado como persona y no solo como político.
Durante 36 años, Biden representó al estado de Delaware en el Senado, hasta que el nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le ofreció la vicepresidencia. A pesar de que al principio estaba un poco renuente, Biden no quería ser un "inútil" como casi todos los vicepresidentes, luego decidió aceptar el cargo con algunas condiciones. Estableció los límites de su papel con precisión, y le pidió a Obama que participara en todas las decisiones para tener la última palabra.
Biden sabía que en cada una de sus decisiones contaría con el apoyo de su familia.
Su hijo mayor, Beau, utilizó la metáfora "home-base", un concepto que tomó del béisbol para referirse a la base donde comienza la acción, pero también el lugar al cual regresar y el punto exacto que debe tocar el jugador para anotar una carrera. Para los Biden, la familia es un gran punto de encuentro. Un punto del que es fácil salir porque el camino de vuelta siempre está abierto. La familia es el lugar donde nos mostramos sin miedo, recordamos lo que es importante y recibimos palabras de aliento para mirar al futuro con esperanza.