Durante su carrera como cirujano plástico, el doctor Maxwell Maltz hizo un importante descubrimiento que lo llevó a desarrollar el concepto de psico-cibernética, un método revolucionario para mejorar la vida de las personas cambiando su autoimagen. Tuvo una epifanía cuando observó los cambios que ocurrían en sus pacientes después de una cirugía plástica, tras lo cual algunos de ellos mostraron una mejoría no solo física, sino también psicológica y emocional, y ganaban mayor autoestima y confianza en sí mismos. Sin embargo, Maltz también notó que había pacientes que, a pesar de haber experimentado transformaciones estéticas positivas, no mostraban cambios significativos en su percepción personal y seguían sintiéndose insatisfechos e inseguros. Gracias a estas observaciones, llegó a la conclusión de que la clave para una vida más satisfactoria no involucra solo un cambio físico, sino también la forma en que nos autopercibimos internamente. Maltz comenzó a explorar el concepto de autoimagen, y llegó a la conclusión de que la imagen que tenemos de nosotros mismos influye en nuestro comportamiento y nuestras acciones y reacciones emocionales. En la práctica, solo cambiando la forma en que nos vemos y percibimos internamente, podemos esperar lograr una mejora duradera en nuestra autoestima y bienestar general.
Seguidamente, Maltz desarrolló el concepto de psico-cibernética inspirándose en la cibernética, es decir, la ciencia de la comunicación y el control de los sistemas vivos y mecánicos. De acuerdo con Maltz, podemos programar nuestra mente para alcanzar nuestras metas y desarrollar nuestro potencial, del mismo modo que se puede programar una computadora para realizar ciertas funciones. A través de técnicas como la visualización, la afirmación positiva y el aprendizaje de la experiencia, podemos cambiar nuestra autoimagen y, en consecuencia, mejorar significativamente nuestras vidas.