Yvon Chouinard, fundador de Patagonia (marca líder de ropa para quienes viven y hacen deporte al aire libre), admite con un poco de dificultad que desde siempre fue un empresario. Para él admitirlo es complicado porque está declarando abiertamente que pertenece a un mundo en su mayoría hostil con la naturaleza, además de destructivo para las culturas más frágiles. Aún así, ser un empresario que produce bienestar para sí mismo y los demás, y fundar una gran empresa sin renunciar a la propia alma es posible, tal y como demuestra la aventura de Patagonia, que ahora ya tiene más de medio siglo.
La primera experiencia formativa de su vida es esclarecedora para entender su trayectoria: con tan solo 15 años y junto a algunos amigos, fundó el Southern California Falconry Club, que se dedicaba al adiestramiento de halcones de caza. Consistía en establecer una relación de reciprocidad absoluta entre hombre y animal, para decirlo con sus mismas palabras: adiestrar un pastor utilizando solo refuerzos positivos hace que uno se pregunte: “¿quién está adiestrando a quién?”
En la vida de Chouinard, todo está relacionado: criar halcones hizo que aprendiera a escalar, ya que tenía que descender con doble cuerda para llegar a los nidos situados en los precipicios. El grupo confeccionaba su propia ropa de escalada recubierta de cuero, y escalaban con zapatos de deporte. La escalada se convirtió en su gran amor, y las grandes montañas le hicieron desarrollar no solo la pasión, sino sobre todo el respeto. En esos años, predominaba el enfoque europeo de escalada, según el cual alcanzar la cima era una conquista; los clavos de hierro blanco que los escaladores utilizaban se dejaban allí para facilitar el camino a los que vinieran después. Chouinard decidió seguir la filosofía estadounidense, que implicaba no dejar ningún rastro en la montaña después de haber pasado: en el año 1957 empezó a hacerse él mismo los clavos para escalar las grandes paredes de Yosemite, sin saber que de esta manera estaba fundando una empresa destinada a ser un ejemplo a seguir para generaciones de empresarios.