Al momento de hablar de racismo, la mayor dificultad para mucha gente es darse cuenta de que no es un problema personal. Lo que hace que el racismo sea un elemento tan grande del tejido social, político y profesional en Estados Unidos y en gran parte del mundo occidental no son las personas "malas" por sí solas, sino todo un sistema que existe desde hace siglos. Entonces, hablar de racismo y hablar de raza a nivel personal cambiando la relación de los individuos con las personas de color no producirá un cambio efectivo. Para lograrlo, se deben reconocer los métodos y formas con los que la discriminación entra cada día en todos los ámbitos de la vida y desarmar ese sistema.
El primer paso para lograrlo, tanto para las personas de color como para las caucásicas, es darse cuenta de cuáles son realmente los problemas relacionados con la raza. Una cuestión o un problema está relacionado con la raza simplemente si:
- La persona discriminada lo reconoce como un problema relacionado con la raza.
- Afecta a la vida de las personas de color de manera desproporcionada.
- Forma parte de un patrón que tiene una influencia excesiva o diferente en la vida de las personas de color.
¿Qué significa todo esto? Que se debe considerar el hecho de que, si la policía detiene a un hombre de color en la calle, esto forma parte de un patrón bien reconocido, según el cual ser detenido por la policía afecta más desproporcionadamente la vida de los negros que la de los blancos.
Para acabar con el racismo, primero hay que reconocer su naturaleza sistémica. Cuando se dice que los hombres de color son más vagos, esto no solo afecta los sentimientos personales de aquellas personas acusadas injustamente de un defecto que no poseen. Principalmente, esta acusación influye en el prejuicio generalizado de que todos los hombres de color son vagos, lo que, a su vez, hace que sea más difícil para ellos ser admitidos en la escuela, ser convocados para una entrevista de trabajo, ser contratados y obtener ascensos laborales. Por eso, cada vez que se hace una observación racista, es necesario dejar de lado la emotividad y analizar con claridad los problemas sistémicos que alimentan y son alimentados por ese tipo de observaciones.