Narra la leyenda que en el 415 a. C., Alcibíades, un militar y político ateniense, organizó una fiesta para sus amigos, durante la cual les dio un extraño líquido oscuro para beber. Poco después, sus invitados comenzaron a sentir efectos extraños: miedo, temblores y una especie de asombro letárgico, acompañado de extrañas visiones místicas. A la mañana siguiente, cuando los efectos se habían desvanecido, sus rivales se enteraron de lo sucedido y se vio obligado a huir de Atenas.
Fue juzgado y sentenciado in absentia por un delito castigado con la muerte: había robado el "kykeon", el elixir sagrado que se usaba durante un evento muy especial: los Misterios Eleusinos. Durante este rito de iniciación, los participantes bebían el kykeon, un líquido que provocaba un estado de alteración de la conciencia, y llevaba a una especie de "inspiración divina".
Esto es solo una leyenda, pero pone de manifiesto una mecánica que se repite desde que el hombre tiene memoria. El personaje central de esta historia es Prometeo, el primer rebelde, el que robó el fuego sagrado a los dioses para dárselo al hombre, y fue castigado por Zeus con sufrimiento eterno. La historia que se repite es esta: un rebelde descubre un secreto divino, lo comparte con el mundo. Esto lleva a un cambio profundo, pero rápidamente la situación se sale de control y los "guardianes del orden" terminan con los festejos hasta el próximo ciclo.
Este libro cuenta el último round de estos eventos, quizás el primero en la historia donde potencialmente tenemos la posibilidad de ver un final diferente.