Una lámpara puede ser hermosa a la vista, pero si no podemos encenderla, será un objeto inútil. Lo mismo pasa con las historias: pueden estar muy bien escritas, con una trama bien pensada y un estilo elegante, pero eso no es suficiente para "despertar" la curiosidad y el interés del lector.
El secreto para crear una historia fascinante es contar cómo el protagonista logra dar sentido a lo que le pasa mostrando su lucha interna y el esfuerzo que hace para lograr un determinado objetivo.
El mayor error que puede cometer un escritor es ignorar qué es realmente una historia, cómo funciona y cómo puede impactar en las personas.
Como seres humanos estamos hechos para amar las historias, es parte de nuestra naturaleza. La neurociencia nos dice que nuestro cerebro ha evolucionado utilizando las historias para decodificar el mundo y comprenderlo cada vez mejor. Desde que nacemos, todos somos verdaderos expertos en buscar significados e información específica en cada historia.
La mayoría de los escritores piensan que una buena historia depende del estilo, la elección del narrador, la trama o el lenguaje, pero esto no es así, porque aunque todos son elementos importantes, falta uno fundamental.
Lo que realmente sostiene una historia es un elemento invisible que no tiene nada que ver con lo que pasa afuera, sino con la lucha interna del protagonista que tiene una meta que le parece imposible, la quiere alcanzar pero hay algo que lo frena, hasta que aparece un "empujón" del exterior que lo obliga a actuar.
Una historia efectiva narra la evolución interna de un personaje que tuvo lugar gracias a factores externos.
Este libro nos enseña a crear un proyecto de novela a partir de la descripción del protagonista y su mundo interior, de tal manera que se entremezcle con la trama externa de la historia con fluidez y coherencia.