Imaginemos a una niña inglesa rubia que crece en el corazón de África jugando con la gente del lugar, más interesada en sobresalir en la caza que en aprender buenos modales. Así era Beryl Markham, quien tuvo una vida extraordinaria, inconformista y sin reglas. Beryl entrenaba caballos de carreras; se casó tres veces; tuvo incontables aventuras románticas y relaciones escandalosas; escribió un libro de memorias; hechizó nada menos que al gran escritor Ernest Hemingway; pero lo más importante es que pasó a la historia como una aviadora pionera, la primera mujer en cruzar el Océano Atlántico sola de Inglaterra a Estados Unidos, de Londres a Nueva York, en un único vuelo.
Nació el 26 de octubre de 1902 en Ashwell, Leicestershire. Era la hija menor de Charles y Clare Clutterbuck, y se mudó con su familia al África Oriental Británica, la actual Kenia, cuando aún no tenía cuatro años. Su padre había decidido construir una granja en Njoro, pero su madre no logró soportar el aislamiento, y después de menos de un año regresó a Inglaterra con su hijo mayor, Richard, mientras que su hija se quedó en África con su padre. Beryl solo volvió a ver a su madre siendo adulta, y nunca le perdonó que la hubiese abandonado y por años no se hubiese interesado por ella. A lo largo de su vida, Beryl cargó con el dolor de este abandono, una pérdida que nunca logró compensar por completo y que la llevó a tomar decisiones que muchas veces resultaron ser incorrectas y autodestructivas. Sin embargo, este dolor la transformó en una mujer fuerte, valiente y segura de sí misma, aunque con profundas inseguridades bien ocultas e incapaz de gestionar sus relaciones personales. En cierto modo, Beryl no sabía lo que los demás querían de ella y seguía su instinto de supervivencia a cualquier precio, sin importar el costo para otras personas. Pero, paradójicamente (o incluso podríamos decir como "de manual"), Beryl repitió con su hijo Gervase la misma dinámica que él nunca le perdonó a su madre. Durante toda su vida ella adoró a su padre como si fuera un héroe, y fue su referente para comparar a todos los hombres que pasaron por su vida y que obviamente nunca estuvieron a la altura de esa comparación.