Cuando hablamos de hormigas, inmediatamente nos viene a la mente la imagen de un solo tipo de hormiga. Ya sea pequeña o grande, la hormiga es el enemigo que hay que combatir en casa o el invitado no deseado de los picnics. En realidad existen muchas especies de hormigas que están repartidas por todo el mundo y cuyas características son muy diferentes entre sí.
La ciencia que estudia el comportamiento de las hormigas es la mirmecología, una rama de la zoología. El término deriva de la palabra griega myrmex que significa hormiga.
Numerosos estudios demuestran que las hormigas son inteligentes y que tienen habilidades increíbles que les permiten comunicarse a través de la química. También tienen un gran sentido de convivencia, razón por la cual no solo viven en una colonia y luchan por defenderla, sino que también comparten comida entre ellas.
Las hormigas son principalmente omnívoras, y se organizan según un esquema matriarcal, en el que la hormiga reina gobierna toda la colonia y los machos están a su servicio.
Viven en colonias y pueden volverse muy agresivas para defender su hormiguero.
Edward Wilson era tan solo un niño cuando se interesó por primera vez en las hormigas. Inclusive, su pasión por la naturaleza nació antes, cuando su madre le regaló el primer microscopio, con el cual el pequeño Wilson pasaba mucho tiempo.
Puesto que sus padres estaban divorciados, Wilson decidió dejar de vivir con su madre en Florida a la edad de 10 años para ir con su padre a Washington DC, quien vivía cerca del parque zoológico nacional Smithsoniano. El joven Wilson pasaba mucho tiempo soñando allí, donde se apasionó por las mariposas, primero, y por las hormigas, luego.
A los 16 años se mudó a Alabama con su padre, e inició un programa de estudio específico sobre hormigas, al que terminó dedicando más de 80 años de vida.
Durante ese período, Wilson logró estudiar a unas 15 000 especies diferentes de hormigas, tanto en el laboratorio como en el campo. Las define como seres superiores, que pueden ser de un tamaño extremadamente pequeño, pero con la fuerza suficiente para derrotar incluso a los depredadores más grandes.
Parte de su fuerza se debe al grupo, ya que siempre actúan juntas. No existen las hormigas solitarias, por lo que cuando vemos a una hormiga sola, significa que es una hormiga exploradora que salió en busca de alimento. En caso de que lo encuentre, la hormiga exploradora volverá para llamar a sus compañeras y así poder ir juntas a buscar la comida.