Tao Te Ching de Lao Tzu es uno de los libros más traducidos, más leídos y más queridos del mundo. Este texto sagrado contiene los preceptos del taoísmo, y al igual que la Biblia y el Corán, no solo es apreciado por quienes practican esta religión, sino por todos aquellos que quieren recibir inspiración y una guía para afrontar el difícil camino al que llamamos Vida.
Cinco mil ideogramas divididos en 81 salas forman una composición que se divide en dos partes: “Los principios del camino” y “Los principios de la virtud”, que es considerado como uno de los textos más profundos jamás escritos, un verdadero regalo para la humanidad. En sus pocas páginas se puede encontrar una respuesta para cada problema de la vida, una solución para toda situación, un bálsamo para cualquier herida. En el Tao Te Ching se sintetiza y sublima la antigua cultura china, por lo que se crea una guía completa para lograr la comprensión del mundo y la capacidad de dirigir nuestras propias acciones con virtud y sabiduría.
Según la tradición, las reflexiones de Confucio (que más adelante sentaron las bases del confucianismo) también se originaron a partir de la confrontación y la escucha de los pensamientos de Lao Tzu. Los dos maestros se conocieron en Luoyang, cuando Confucio fue a la Biblioteca Imperial de la dinastía Zhou, donde Laozi trabajaba como archivista estatal. Hay un dicho que afirma que Confucio aprendió más escuchando a Laozi que estudiando los libros de la Gran Biblioteca.
El título Tao Te King es difícil de traducir al español, ya que no existe un término equivalente para "Tao", por lo cual se adopta la definición de "el camino", aunque sea incompleta. "Te" se puede traducir como "virtud" o "bondad", mientras que para "Ching" se puede elegir el término "libro". Tao Te Ching se puede definir entonces (aunque de manera aproximada) como "el libro del camino virtuoso", o "el libro del camino y la virtud".
Según algunas fuentes, Laozi habría dejado la profesión de archivista para emprender la vida ascética. Según otras el anciano maestro se habría ido (la imagen tradicional lo representa montado en su búfalo de agua viajando hacia Occidente a través del estado de Qin) debido a la decepción por el declive de la dinastía Zhou. Las luchas internas ensangrentaron al país en ese período, por lo que no es de extrañar que pasara a la historia como "los años de los Estados Combatientes". El taoísmo enseña a responder a los abusos e injusticias con el "no actuar", es decir, el wuweu. El mal siempre termina volviéndose en contra de quien lo comete, y la victoria solo puede lograrse deteniendo la espiral del mal, que se anula a sí misma de esta manera.