Jennifer es una niña de once años que tiene dificultades para controlar su ira, por lo que se vuelve agresiva, incontrolable y a veces casi violenta. Quienes sufren las consecuencias son sus padres y, sobre todo, su hermano Riley, de siete años. Por ejemplo, en una ocasión Jennifer se enojó mucho porque Riley quería comer unos wafles, y a pesar de que en realidad era el turno de él, Jennifer decidió que su hermano no los comería, y así comenzó a gritar y enfadarse con él y su madre. Una pequeñez podía desatar una tormenta, y sus padres, Debbie y Kevin, ya no sabían qué hacer. Estaban exasperados y cansados. Los médicos a los que consultaron diagnosticaron a la niña de 11 años con trastornos del comportamiento y le recetaron medicamentos, pero no sirvieron de mucho. Otros especialistas sugirieron estrategias en las que se alternaran castigos y recompensas, pero tampoco los resultados fueron los deseados. Hay muchas Jennifers en el mundo, es decir, niños que no responden a los métodos populares, por lo que terminan convirtiéndose en balas perdidas.
Entonces, ¿qué podemos hacer? No hay una respuesta sencilla, pero ciertamente debemos indagar en las causas de estos comportamientos. Debemos entender por qué los niños en cuestión responden de esta manera a los problemas y la frustración, y también tenemos que dejar de pensar que son manipuladores, que tienen delirios de protagonismo o que son testarudos. El verdadero problema es que sufren de falta de flexibilidad, adaptabilidad, manejo de emociones y tolerancia a la frustración. Nosotros suponemos que todos los niños poseen estas habilidades, pero este concepto es erróneo. Si un niño quisiera responder a un problema de manera equilibrada, lo haría, pero la realidad es que no puede, porque no tiene las herramientas para hacerlo. Debemos entender este concepto importante, porque mucha gente cree que estos niños deciden comportarse de esta manera, cuando la realidad es que no eligen comportarse de la forma en que lo hacen. Si Jennifer pudiera no agredir a su hermano por unos wafles, lo haría, pero simplemente no tiene idea de cómo hacerlo. Solo sabe reaccionar así.