Cuando se trata de productividad, siempre imaginamos a alguien muy ocupado y trabajando duro para poder hacer más cosas en menos tiempo. Al parecer, el único factor que entra en juego es el tiempo, y de hecho se habla mucho de la gestión del tiempo.
Para el autor, productividad significa "hacer cosas", pero hacerlas trabajando de manera más inteligente. Podremos lograrlo cuando seamos capaces de manejar estos tres elementos: tiempo, atención y energía.
Aprender a gestionar estos tres factores de forma equilibrada nos lleva a una mayor productividad. Si queremos ser más productivos, debemos hacer que vayan a la par, porque están relacionados entre sí.
No nos hacemos más productivos de la noche a la mañana. Es una tarea difícil que requiere mucho compromiso, por lo que el primer paso es tener una meta. Pregúntate: ¿por qué quiero ser más productivo?
Si te resulta difícil hallar una respuesta, pregúntate de nuevo: si fuera más productivo, si pudiera tener dos horas más libres para mí cada día, ¿qué haría?
El primer paso es la motivación. El segundo, comprender que no todas las actividades son iguales.
Parecerá algo obvio, pero debemos tenerlo en cuenta. Hay tareas que son más importantes que otras y lograremos más cosas si las aprovechamos. Esto no es ningún secreto, pero debemos identificarlas para evitar perder el tiempo en actividades que no son importantes.
Por ejemplo, planear la semana puede ser más prioritario que asistir a una reunión inútil, al igual que invertir en el aprendizaje es una decisión estratégica mucho mejor que pasar horas en las redes sociales sin ningún motivo.
Cuanto más tiempo, energía y atención dediquemos a las actividades más importantes, más cosas podremos hacer, y una excelente manera para lograrlo es identificar las 3 cosas más importantes que debemos llevar a cabo en primer lugar en la mañana, todos los días. Saber que tenemos tres tareas a realizar nos da una pauta que nos mantiene enfocados.