La sostenibilidad es un tema que, en las últimas décadas, ha ganado gradualmente más y más visibilidad en los medios de comunicación. La inmensa producción de residuos a escala mundial, la crisis climática, la desaparición de bosques y especies animales y vegetales son problemas que exigen encontrar un compromiso entre el desarrollo económico y tecnológico y un mundo que ya no es capaz de soportar el estilo de vida contemporáneo de miles de millones de personas. Estos problemas son el foco del análisis de muchas disciplinas, desde la arquitectura hasta la literatura, y se está formando lo que podría llamarse un pensamiento ecológico, centrado en evaluar nuevas formas de interacción entre el hombre y la naturaleza que puedan considerarse sostenibles. Se trata de un universo lleno de propuestas, ideas, borradores y visiones de futuro que a menudo se contradicen.
William McDonough y Michael Braungart son dos nombres destacados en este campo. El primero arquitecto y el segundo químico, son los autores de algunos de los títulos más interesantes sobre el desarrollo sostenible que se desvincula de otros más radicales como el primitivismo —que rechaza por completo la modernidad— por la voluntad de continuar con modelos socioeconómicos orientados al crecimiento y favorables a los negocios. El manifiesto "The Hannover Principles" muestra mejor la idea de pensamiento ecológico de los autores, que se centra en aspectos como eliminar el concepto de la palabra desperdicio, optimizar el diseño de productos y hacer un mejor uso de la energía para promover el crecimiento económico.
“The Upcycle” —traducible como el suprarreciclaje— es el libro en el que expresan la urgencia del ser humano por encontrar soluciones que no solo sean sostenibles sino que permitan seguir creando riqueza. Muchas empresas están al frente de la batalla y gracias a los grandes recursos humanos y de capital de algunas de ellas es más fácil imaginar un progreso real en esta dirección. Sus declaraciones de intenciones son una señal fuerte que estimulan a muchas otras realidades a la acción. Sin embargo, también existen empresas que implementan prácticas de greenwashing (ecología aparente que no se refleja en los procesos productivos), pero no debemos desanimarnos, sino prestar atención a todo el sistema.