Actualmente, Estados Unidos se caracteriza por tener poca cohesión social, una creciente fragmentación política, la pérdida progresiva de confianza de los ciudadanos en el gobierno, el debilitamiento de las instituciones nacionales y la reducción del compromiso civil de las personas. Este declive comenzó en los años 80, cuando Estados Unidos abandonó progresivamente la industria pesada bajo la presidencia de Ronald Reagan, lo que dejó áreas enteras del país sin empleos ni oportunidades. En Estados Unidos, la brecha en términos de oportunidades entre quienes viven en condiciones económicas difíciles y quienes se encuentran en la cima de la escala social se ha incrementado dramáticamente desde principios de la década de los 2000. La desigualdad económica y geográfica se profundizó más con la crisis de 2008-2010. La educación, y el lugar donde nace y crece una persona, se han convertido en dos factores determinantes para tener éxito en la sociedad. Sin embargo, hoy ya no son los únicos. En un mundo que cambia cada vez más rápido, pero donde el sistema educativo no se adapta a la misma velocidad es fácil encontrarse sin trabajo, incluso para quienes se han graduado, y verse abrumados por las deudas que contrajeron para poder pagar una carrera, y sin esperanzas de un futuro mejor. Con el tiempo, esta sensación de desesperación se convierte en ira, y conduce a la victoria del populismo, en detrimento de la democracia.
También en el Reino Unido se está registrando un fenómeno similar al de los Estados Unidos. Las medidas neoliberales de Margaret Thatcher, primera ministra del Reino Unido de 1979 a 1990, siguieron a las de Reagan, y provocaron una importante división en el país en áreas deprimidas y áreas productivas. Divisiones que ya habían comenzado en años anteriores, pero que se profundizaron gracias a estas políticas. Por ejemplo, el noreste del país era una zona minera que se especializaba en una industria que fue eliminada paulatinamente debido a que era obsoleta, pero sin garantizar las medidas adecuadas para que las personas se reincorporaran dignamente al mundo laboral.
Si bien las políticas que implementaron Ronald Reagan y Margaret Thatcher permitieron el crecimiento económico de sus respectivos países desde los 90 hasta principios de los 2000, estas crearon una profunda desigualdad social y geográfica entre quienes lograron mantenerse al día con el cambio y quienes quedaron afuera. Esto dio lugar a divisiones políticas, que a su vez llevaron a que en 2016 Donald Trump fuera elegido presidente de Estados Unidos y al Brexit.