¿Cómo se puede describir la creatividad? El mejor ejemplo es Leonardo da Vinci, encarnación del Renacimiento, famoso talento en todos los campos. Sus rasgos distintivos eran la curiosidad insaciable, el deseo de experimentar, la concentración, la conciencia de sí mismo. ¿Es posible emular a Da Vinci? ¿La creatividad es una actitud que se puede aprender? La respuesta viene dada por la historia del ingeniero James Dyson, que hizo buen uso de esas mismas habilidades cuando decidió quitar la bolsa de su aspiradora: formuló una teoría basada en otros proyectos, experimentó con ella construyendo prototipos y la perfeccionó hasta realizar su revolucionario electrodoméstico.
Para desarrollar nuestra creatividad, es necesario superar los límites que derivan de conceptos anticuados, como el de la especialización hemisférica. Nuestras habilidades cognitivas no están ligadas a ninguno de nuestros hemisferios cerebrales, si una persona tiene talento para la lógica y la racionalidad (hemisferio izquierdo), aún puede tener talento para el arte (hemisferio derecho). La neurobiología ha demostrado que todas las modalidades de pensamiento, especialmente los relacionados con la concentración, la imaginación y la evaluación que preceden a la decisión, son el resultado del trabajo colectivo de ambos hemisferios.
Incluso la asociación entre el genio y la locura carece de demostración científica. Tal vez, un factor importante está relacionado con el funcionamiento del precuneus (precuña o precúneo), una estructura cerebral que filtra las "conversaciones" que tenemos con nosotros mismos. Cuando el precuneus no se activa, la cabeza se llena de diálogos, como demuestran algunos estudios realizados a personas de carácter más extrovertido. Esto representa un terreno fértil tanto para el nacimiento de ideas brillantes, como para el desarrollo de una enfermedad mental. Existe un vínculo, científicamente probado, entre las funciones cerebrales y la creatividad. Esta última promueve la renovación de las células neuronales y también reduce el estrés, produciendo efectos positivos similares a los que induce la meditación.
También debemos superar los bloqueos provocados por los numerosos estereotipos, verdaderas trampas que pueden desmotivarnos y desactivar nuestra "chispa creativa". Un concepto importante que hay que entender es que nada es realmente nuevo. Prácticamente cualquier cosa es el resultado de ajustes, de progresos. Una vez liberados de la presión de tener que revolucionar a toda costa, podemos reflexionar sobre lo importante que puede ser hacer un mejor uso de algo que ya existe: este es el significado más profundo de la originalidad. Piensa en una de las mayores innovaciones de la historia de la humanidad: el automóvil. ¿Podría haber sido construido sin haber visto antes un carro con ruedas tirado por el "motor" animal?
Otro mito que hay que desacreditar es el de la inspiración. Es inútil esperarla: no existe ninguna musa o revelación. La creatividad es un arte que debe ser cultivado con constancia y dedicación. Tenemos que aceptar la idea de trabajar en medio de la confusión y de la incertidumbre, ningún rayo iluminará nuestro camino: el verdadero artista no hace planes, comienza a trabajar, se ensucia las manos y reorganizando lo que tiene disponible se va acercando, un paso a la vez, hacia la solución.
Existe un factor que tiene un impacto real: se llama el "efecto Medici" y es el resultado del continuo intercambio de opiniones entre expertos de diferentes disciplinas. La familia Medici creó un ambiente perfecto que permitió que circularan las ideas. Lo que se da por hecho en un determinado campo podría ser revolucionario si se coloca en un contexto diferente.
Por último, debemos aprender a mantener nuestra distancia: cuando nos involucramos demasiado, corremos el riesgo de prestar atención solo a las dificultades y las limitaciones vinculadas a un proyecto, impidiéndonos fantasear libremente y encontrar aquellas conexiones inusuales que podrían proporcionar la mejor solución al problema. Proyectar la tarea lejos en el espacio y en el tiempo, incluso fingiendo que no nos concierne, es una manera perfecta de obtener la ventaja de la libertad de pensamiento que fomenta la creatividad.