El Marketing está a nuestro alrededor. Cada elección que hacemos está influenciada por lo que vemos en el mundo que nos rodea, por lo que los marketers han puesto delante de nuestros ojos. Estamos tan acostumbrados a un cierto tipo de marketing que lo damos por descontado, sin darnos cuenta del potencial que nos ofrece para cambiar las cosas a mejor, para hacer algo bueno.
La mayoría de las personas parecen estar interesadas solo en las cifras comerciales: volumen de negocios, cuotas de mercado, interacciones en las redes sociales, etc. Pero en realidad no puede existir un negocio exitoso sin tener una base sólida. En este libro, exploramos lo que significa tener raíces profundas que nos permitan crecer y ofrecer a las personas algo que marque la diferencia.
Incluso las mejores ideas y los mejores productos necesitan tiempo para desarrollarse. Las grandes ideas requieren grandes cambios, amenazan el statu quo y conllevan muchos riesgos. No es suficiente tener una buena idea para que se propague. Necesitamos encontrar a las personas para quienes esta idea puede tener valor. A las que pueden ofrecer un cambio para mejorar.
Esto es exactamente lo que debería ser el espíritu del marketing: el espíritu de ofrecer un cambio, para darle a las personas una forma de mejorar sus vidas. Vender un producto al mayor número de clientes no significa cambiar sus vidas. Si nuestro producto desapareciera del mercado, ¿lo echarían de menos o lo reemplazarían por otro sin pestañear? Sin cambios, el marketing no tendría ningún sentido.