Con la palabra trans se entiende el conjunto de personas cuya identidad de género es diferente de la que dice su certificado de nacimiento, y que por lo tanto es diferente de su sexo biológico.
Aunque haya diferencias dentro de la propia definición de trans, con este término nos solemos referir a aquellas personas que nacieron varones y que han elegido ser mujeres (trans mujeres) y mujeres de nacimiento que sienten que son hombres (trans hombres).
El argumento siempre suscita reticencia y raramente encuentra terreno favorable para un debate constructivo. De hecho, cuando se habla de la “cuestión de los trans” normalmente se hace referencia a un problema que hay que gestionar y resolver.
La escritora Shon Faye ha recopilado muchas historias y las ha incluido en su libro para demostrar cuán difícil puede llegar a ser la vida de los trans, y cuánto puede llegar a ser un problema para todo el resto de los ciudadanos que no lo son. Faye habla sobre todo de la realidad que conoce bien, es decir la del Reino Unido.
Durante la campaña electoral del año 2019 Jo Swinson, líder del partido liberal democrático, fue criticada por haber abierto el debate de los derechos de los transexuales. Sus ideas progresistas se vieron obstaculizadas porque la gente no quiere abrirse a este tipo de temas.
Durante las elecciones del año 2020 se preguntó expresamente a todos los líderes políticos su opinión sobre la cuestión de los transexuales. Así que parece que es un tema que suscita mucho interés, aunque solo sea desde un punto de vista limitado y circunscrito. Los trans sufren menosprecio y se les deshumaniza reduciéndolos a un tema del que discutir; como resultado se ignora completamente su condición de seres humanos.
A menudo, a la misma Shon Faye, como periodista, le han pedido que hable de los trans en la radio, la televisión y en los periódicos, pero de una manera muy discutible: los medios de comunicación abordan el tema de manera mediocre como si hubiera algo que reivindicar o ridiculizar.
Durante estas conversaciones, los trans se presentan como un problema para la sociedad, una cuestión en la que indagar para entender cómo afrontarla. No existe curiosidad alguna para entender qué hay detrás de la historia de cada persona, que solo pide que la escuchen.
Asimismo, también es cierto que casi siempre estas discusiones las empiezan personas que no son trans; nunca ocurre al contrario, es decir que un trans comience uno de estos debates. A menudo, se suele silenciar a los trans más valientes y activos en las redes sociales que reivindican su lugar en el mundo, porque son vistos como activistas enfadados que solo pretenden tener la razón. Un debate sobrio es casi imposible, como si casi siempre ganara una especie de prejuicio latente en contra de los trans. No hay espacio para escuchar su voz.
Todos los ven y piensan que pueden juzgarlos, pero nadie los escucha tal y como deberían ser escuchados.
Por lo tanto, el objetivo de Shon Faye es obtener justicia para todos aquellos trans que sufren discriminación y que se sienten marginados por la sociedad, es decir todos aquellos a quienes se les niegan los derechos fundamentales como la seguridad sanitaria o el trabajo. Actualmente, los trans no son y no pueden ser personas libres porque no se les reconoce plenamente su libertad.
En cambio, según Faye, ha llegado el momento de intervenir para evitar que los trans sufran abusos, maltratos o violencia.