Preguntarse qué es el amor verdadero requiere de cierta profundidad y consciencia, ya que amar verdaderamente a quienes nos rodean y permanecen a nuestro lado es un compromiso activo y no puede dejarse al azar. Por eso, vale la pena preguntarse cuáles son los pasos a seguir para alimentar este sentimiento, hacerlo florecer y luego expresarlo mejor hacia el prójimo. En este caso, las enseñanzas del budismo pueden ayudar, porque definen claramente los cuatro elementos que no pueden faltar si queremos hablar del amor verdadero.
El primero es maitri, o amabilidad, que se puede explicar no solo como voluntad, sino también como la capacidad de generar alegría y felicidad en el ser amado. Maitri se puede poner en práctica gracias a la comprensión, ya que solo a través del estudio de la otra persona, sus sentimientos y su ser más profundo, podemos amar de verdad.
El segundo elemento es karuna, o compasión. Para amar de verdad, debemos ser capaces de aliviar activamente el dolor de la otra persona. Nuevamente, la clave está en observar y estudiar al otro para comprender a fondo su dolor, es decir, en la capacidad y la voluntad de consolarle y hacer que se sienta mejor.
Luego, tenemos al tercer elemento: la mudita, que es la alegría en el amor. Podemos amar a alguien, pero al mismo tiempo no hacerlo feliz, y alguien que nos ama puede hacernos sufrir. El verdadero amor solo se da cuando somos capaces de sentir y de hacer sentir alegría a quienes nos rodean. Si no hay alegría en la relación, entonces no es amor verdadero.
Finalmente, el cuarto elemento es upeksha, o la libertad. El verdadero amor brinda libertad tanto a quien lo recibe como a quien lo da, por lo que debemos asegurarnos de que el ser amado se sienta libre. Para asegurarnos de que somos libres y de que dejamos ser libre a la otra persona, podemos preguntarnos: "¿tenemos espacio suficiente en esta relación?".
Si estos cuatro elementos (maitri, karuna, mudita y upeksha) están presentes, entonces es amor verdadero. Llegados a este punto, solo tenemos que trabajar duro para mantenerlo así y asegurarnos de que siempre sean constantes y nunca fallen.