Si bien el efecto más investigado es el aumento de peso, no es solo una cuestión de obesidad. Los UPF (Ultra processed food), o alimentos ultraprocesados, dañan el cuerpo humano de muchas maneras. Un gran estudio, realizado en más de 100 000 personas y que se publicó en el British Medical Journal, señala que hay una relación entre los UPF y el cáncer. Los equipos de investigación, provenientes de Francia y Brasil, analizaron el riesgo de contraer patologías mamarias, de próstata, colorrectales y cáncer en general. Descubrieron que, ante un aumento del 10 % en la proporción de UPF en la alimentación, también aumentaba un 10 % aproximadamente el riesgo general de cáncer.
Y por si el impacto directo que tienen en la salud de los consumidores no fuera suficiente, los UPF suplantan las culturas alimentarias y causan desigualdad y pobreza. Además, el sistema de producción en el que se basan es la principal causa de la disminución de la biodiversidad y la segunda en cuanto a aportes a las emisiones globales.
Los datos muestran que, en el Reino Unido, toda la población se ha visto afectada por un aumento dramático de la obesidad desde la década de 1970. La idea de que esto solo pudo deberse a una falta de educación nutricional, lo que implica que los responsables son los individuos, es inverosímil. Las enfermedades relacionadas con los alimentos se deben a la incapacidad de una estructura genética de gestionar un nuevo ecosistema alimentario, que fue diseñado deliberadamente para fomentar el consumo excesivo.
Se trata de un problema sociopolítico, porque los UPF son sustancias que transforman los problemas económicos y sociales en profundos daños a la salud. Lo que comemos está determinado por el tipo de alimentos a los que podemos acceder, su precio y cómo se comercializan.
De hecho, todos nosotros estamos participando de un experimento para el que nunca nos hemos ofrecido de forma voluntaria. En la industria alimentaria, constantemente se prueban y utilizan sustancias nuevas para aumentar los márgenes de ganancia. ¿El aceite de semillas puede reemplazar la grasa láctea? ¿Podemos sustituir las fresas con un poco de Etil metil feniglicidateo? Estos son los desafíos que plantean los UPF, ingredientes que ahorran mucho dinero a los fabricantes.