Odias tu trabajo y mientras tanto acumulas deudas para comprar un coche potente, un bonito apartamento y ropa elegante; comienzas cada semana esperando a que llegue el fin de semana; envejeces día tras día soñando con realizar un proyecto significativo y con escapar de la jaula en la que te has encerrado.
El autor afirma que esta es una situación con la que muchos se identifican y detrás de ella está el hecho de que casi todos seguimos una trama ya escrita, un Guión que nos une y nos convierte en ruedas de un engranaje insalubre, destinado a enriquecer a los que ya son ricos y a consolidar el poder de los que ya son poderosos.
La única manera de derrotar al Guión es salir de sus páginas y violar sus imposiciones. Negarse a seguir el programa que requiere que vayas a la escuela, consigas un trabajo, te endeudes y ahorres dinero. El Guión sigue las reglas que la sociedad ha definido, responde a las expectativas de los demás, convierte a las personas en peones y nos obliga a endeudarnos para pasar nuestra existencia viviendo días idénticos, días de sueños aplazados a la espera de un mañana que no llegará.
La rebelión comienza comprendiendo que el Guión habla con estos clichés:
- empezar un negocio es arriesgado;
- para hacerse rico hay que ahorrar dinero y depender del interés compuesto;
- tener una casa es una gran inversión;
- para tener éxito necesitas un título universitario;
- el dinero no te hace feliz;
- trabajar en una gran empresa ofrece comodidad y seguridad.
Aceptar consejos mediocres de personas mediocres que tienen una vida mediocre no es el camino a seguir para alcanzar la felicidad. La libertad y el espíritu empresarial son las armas para luchar contra el Guión, escapar de la trampa y construir tu propia vida.