Dos tercios de los adultos de todos los países desarrollados no gozan de las tan recomendadas 8 horas de sueño por noche. Si este hecho no te sorprende, te sorprenderán sus consecuencias. De hecho, existe una relación muy estrecha entre la falta de sueño y la aparición de enfermedades como el cáncer, el Alzheimer, la diabetes, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, enfermedades mentales como la depresión, la ansiedad y la propensión al suicidio. La falta de sueño también es la causa de numerosos accidentes de tráfico cada año.
A pesar de que sea uno de los aspectos más importantes de nuestras vidas, el sueño sigue siendo uno de los mayores misterios biológicos. En los últimos años de investigación, se ha comenzado a comprender los tremendos beneficios que el sueño brinda tanto al cerebro como al cuerpo. El sueño enriquece nuestra capacidad de aprender, memorizar, tomar decisiones lógicas, tiene una beneficiosa influencia en nuestra salud psicológica recalibrando nuestros circuitos emocionales. Los sueños crean una realidad virtual que combina el conocimiento del pasado con el conocimiento del presente, fomentando la creatividad. El sueño restaura la armonía de nuestro sistema inmunitario, recalibra el equilibrio de la glucosa en la sangre y regula nuestro apetito. No existe otro estado que sea igualmente capaz de equilibrar nuestra salud física y mental. No existe ninguna función biológica que no saque beneficios de una buena noche de sueño (descanso).