El entrenador de futbol americano Pete Carroll lo sabe bien. Él entrenó durante años antes de tomar consciencia de que debía detenerse por un momento y desarrollar una filosofía de entrenamiento que se adaptara a sus valores y estilo de práctica. Como suele suceder, la vida le dio la oportunidad que necesitaba. Después de una experiencia no tan positiva en la National Football League, la liga de futbol americano profesional más grande del mundo, Carroll regresó al futbol americano universitario. A partir de ese momento, comenzó a poner por escrito su filosofía de entrenamiento, a la que llamó Win Forever, o ganar para siempre, y se basa en el deseo de dar siempre lo mejor de uno mismo maximizando el potencial propio y el de los jugadores. Cuando Pete Carroll habla de victoria, no se refiere tanto al resultado final, sino al esfuerzo para ser el mejor. Para él, ganar significa poner todo el esmero para hacer todo mejor de lo que se ha hecho hasta el momento.
Carroll se inspiró volviendo a leer los textos de otro gran entrenador, que en el pasado también había sido uno de sus mentores: John Wooden. Cuando volvió a leer sus palabras en un momento de dificultad, Carroll comprendió que Wooden tardó dieciséis años en ganar su primer título como entrenador de los UCLA Bruins, el equipo de básquetbol de la Universidad de California, Los Ángeles. Sin embargo, desde ese momento Wooden nunca paró y se convirtió en el entrenador con más victorias en la historia del baloncesto universitario. Su secreto fue que creó un método de entrenamiento que se basa en lo que más creía, y a partir de allí, precisamente, Carroll comenzó a definir su método Win Forever. Carroll ya había sido despedido dos veces y tenía una familia que contaba con él, por lo que sabía que tenía que encontrar una manera de volver al ruedo lo antes posible. Fue así que, para el otoño boreal del año 2000 ya había perfeccionado un modelo de entrenamiento claro y definido en el que sintetizaba su visión. Gracias al método Win Forever, Carroll llevó al equipo USC Trojan a la victoria y lo mantuvo en lo más alto durante varios años. Este éxito contribuyó a que en 2010 regresara a la NFL como entrenador principal de los Seattle Seahawks.