You Are A Badass At Making Money

Uno de los argumentos más tabúes que las personas evitan en las conversaciones cotidianas es el dinero. Hablar de dinero es complicado, incluso entre amigos. «¿Cuánto ganas?» es una de esas preguntas que pocas veces se hacen sin pensar y que a menudo se interpretan como poco educadas. Quien tiene poco dinero se avergüenza, quien tiene mucho se siente incómodo y al que quiere más la sociedad lo juzga llamándolo arribista. El dinero se percibe como un fin en sí mismo que da mala fama a las personas, haciéndolas esclavas de unas ganancias que pueden incluso ir más allá de la ética. La figura del Tío McPato de Disney o del avaro Ebenezer Scrooge, el protagonista del libro Canción de Navidad de Charles Dickens, son los primeros nombres que nos vienen a la mente cuando pensamos en una persona adinerada. Esto es así porque a menudo, en nuestra sociedad el adjetivo rico es también sinónimo de persona avariciosa o sin corazón. Pero, para ganar dinero primero tenemos que cambiar el paradigma en el que se basa nuestra relación con él. De hecho, el dinero no tiene un valor intrínseco —no es ni bueno, ni malo— pero es un medio para lograr nuestros objetivos en la vida. La riqueza que una persona quiere alcanzar no es una cifra sino una condición que le permite dejar de lamentarse por no poder hacer algo y estar satisfecho con lo que hace. En este caso, el dinero se convierte en un sinónimo de libertad y oportunidades.